Debido a las películas, detectives como Philip Marlowe (Historia de un detective), Sherlock Holmes (La vida privada de Sherlock Holmes) o Poirot (Agatha Christie’s Poirot), ofrecen una imagen distorsionada del detective, generando mitos y creencias sobre la profesión que, si bien es cierto que en ocasiones se pueden aproximar a la realidad, la mayoría de estos no suelen ofrecer un perfil realista de los detectives privados.
Estos son algunos de los mitos sobre la profesión de los detectives privados:
“LOS DETECTIVES USAN GABARDINA Y SOMBRERO”
Uno de los mitos más sonados en torno a la figura del detective privado es el vestuario que utilizan estos para realizar las investigaciones de campo. Novelas, series y películas visten al detective con una gabardina, un sombrero y un periódico en mano, quizás por la apariencia misteriosa que provocan o porque se enfrentan a situaciones de mucho viento y frío.
La realidad es que los detectives privados deben ser “camaleónicos” y vestir de tal manera que pasen desapercibidos y no llamen la atención del entorno. Es decir, que deben hacer uso de aquella indumentaria que les permita pasar inadvertidos, ya sean gabardinas o cualquier otro tipo de prenda, en función del lugar en el que esté realizando la investigación.
“DE HUELE BRAGUETAS A CAZAJETAS”
La profesión del detective siempre ha sido conocida como la que destapa a los maridos y mujeres infieles. Antiguamente, la actividad principal de los investigadores eran este tipo de casos y es por ello por lo que los detectives se ganaron el mote de “huele braguetas”.
A medida que la profesión fue especializándose, aumentó de forma considerable la contratación de los servicios de detectives para las investigaciones de bajas laborales fraudulentas. Los asuntos sobre los que pueden versar las investigaciones de los detectives son muy variados. Además de los dos tipos de investigaciones mencionadas, los detectives privados están legitimados para llevar a cabo actuaciones con otros intereses: solvencia financiera, localización de personas, arrendamientos urbanos, entre otros.
“REVIENTA HUELGAS”
Antiguamente, en Estados Unidos, los detectives privados solían ser contratados por determinadas empresas para que se infiltraran en protestas obreras con el fin de obstaculizarlas. Esta fue una práctica habitual realizada durante finales del siglo XIX por los detectives pertenecientes a la famosa agencia estadounidense “Pinkerton”.
En la actualidad, se trata de una actividad prohibida según la normativa que regula las actividades del detective privado (Ley 5/2014, de 4 de abril, de Seguridad Privada). Además, el artículo 8.4 de esta normativa establece lo siguiente relativo a las actuaciones de los detectives durante la celebración de este tipo de actos: “Las empresas, despachos y el personal de seguridad privada: no podrán intervenir ni interferir, mientras estén ejerciendo los servicios y funciones que les son propios, en la celebración de reuniones y manifestaciones, ni en el desarrollo de conflictos políticos o laborales.”
VIDA CONFLICTIVA Y ALCOHÓLICA
Las novelas de Raymond Chandler, en las que su personaje principal, el detective Philip Marlowe, acaba frecuentemente bajo los efectos del alcohol para hacer frente a su soledad o involucrado en algún altercado, ofrecen una imagen errónea de los hábitos de un detective privado.
El trabajo del detective privado es como cualquier otra actividad laboral, compatible con la vida personal y, por supuesto, el consumo de bebidas alcohólicas durante la misma impide llevarlas de manera eficiente y no es propio de detectives privados profesionales.
ESPÍAS Y DETECTIVES SON LA MISMA PROFESIÓN.
El pensamiento de que los espías y detectives privados pertenecen a la misma profesión es completamente erróneo. El Detective privado es una figura legal, reconocida por el Ministerio del Interior, que se rige por la Ley 5/2014 de Seguridad Privada y su labor profesional no debería entenderse como espionaje. Además, esta normativa delimita el ámbito de actuación de los detectives y exige que se acredite el interés legítimo de cada una de las investigaciones que realicen.
Por este motivo, el informe de los detectives privados es considerado un elemento probatorio ante un eventual procedimiento judicial, lo que evidencia la validez legal y credibilidad de sus averiguaciones.
SOBORNOS
También se ha difundido la creencia de que los detectives privados suelen aceptar elevadas cantidades de dinero para falsear su informe, reflejando los resultados de manera sesgada o bien omitiendo información sobre las averiguaciones realizadas para favorecer a alguna de las partes intervinientes.
Este tipo de escenarios no suele darse con frecuencia y, al igual que en cualquier otra profesión, el deber del detective privado es actuar conforme a su código deontológico y reflejar en su informe final de manera objetiva las averiguaciones que haya realizado, ya sean favorables o desfavorables a los intereses del cliente o del investigado.